LOS PRIMEROS PASOS EN UNA
LARGA TRAYECTORIA
Culminaba el último año de la
década de los 60, en el último trimestre de 1969 cuando un grupo de notables
venezolanos habían decidieron reunirse en el local No. 29 del Edificio Caoma,
ubicado en la Avenida Urdaneta de Caracas, para estudiar la necesidad de
constituir una organización civil sin fines de lucro, que se dedicara
exclusivamente al estudio y divulgación de la incomparable historia militar de
Venezuela, ejemplo mundial de sacrificios, genialidad, estrategias,
curiosidades y sobre todo de entrega plena y total en aras del máximo
logro: la libertad, estos venezolanos que discutían esta idea
formidable, pronto se convertirían en los miembros fundadores de la Sociedad
Divulgadora de la Historia Militar de Venezuela, inspirados en la eterna luz
del Padre de la Patria, Simón Bolívar y en la pléyade de héroes republicanos
que nos dieran la emancipación, cuya extraordinaria gesta libertadora serviría
de base fundamental para establecer sus bases filosóficas, principios y metas.
Para formalizar su creación
legal el 11 de diciembre de 1969, el doctor Tito González Valles, el capitán de
fragata Eduardo Héctor Machado y el teniente del ejército Ulpiano Poveda
Trujillo (+), presentaron por ante el Dr. Jesús Valero, Registrador Subalterno
del Tercer Circuito del entonces Departamento Libertador, el documento
redactado por el doctor Antonio Reyes Andrade, el cual sería nuestra Acta Constitutiva,
quedando registrado el 13 de enero de 1970 bajo el No. 02, folio 7, Tomo 8. En
quince artículos quedaron plasmadas sus bases estatutarias que establecieron
cien años de duración y como norte franco, el ineludible compromiso de estudiar
permanentemente la historia militar venezolana, defender los valores castrenses
y sobre todo, ejecutar las actividades necesarias para masificar el
conocimiento de la historia militar venezolana y el respeto de sus valores
patrios, para ello se estableció el compromiso estatutario de divulgar la
historia militar a través de los medios posibles y disponibles. Como medida de
tener un medio propio de divulgación iniciaron la revista “Nacionalidad”, cuya
primera edición vio la luz, el 17 de diciembre de 1970, en momentos cuando la
patria conmemoraba ese día los 140 años de la muerte del Genio de América,
nuestro Padre Libertador, Simón Bolívar.
En este orden de ideas,
quedó estatutariamente previsto publicar obras, temas y monografías, así como
promover y celebrar cursillos, conferencias, tertulias y foros, todo lo cual es
divulgado periódicamente en la actualidad en otro medio propio de la Sociedad:
el “Pregón Bolivariano”, boletín trimestral distribuido hacia
las unidades castrenses y consocios y que hoy, en las ventanas informativas
del Diario VEA, hemos accedido a un medio propicio en
cumplimiento de nuestros objetivos.
Como visión de expansión y
crecimiento, los creadores de esta Sociedad aprobaron conformar las seccionales
estadales que fuesen necesarios, para masificar y establecer la semilla que
permita incorporar en todo el país, un verdadero ejército divulgador de los
amantes de nuestra historia patria; en cuyas unidades la Sociedad debe
establecer salones de lectura, conformados con la mejor biblioteca
y literatura posible, destinados a fortalecer el conocimiento sobre la historia
militar. Actualmente está activada la Seccional Carabobo, en
Valencia, con sus respectivos capítulos: Municipio Puerto Cabello y Municipio
Naguanagua, Las Trincheras, de reciente creación.
No cabe duda que los avatares
y peligros de la guerra que condujeron a nuestra independencia el glorioso 24
de junio de 1821, y los posteriores acontecimientos del siglo XIX,
representados en su mayor parte por numerosas sublevaciones, aunados a
mezquinos intereses de la época, incidieron en la pérdida directa de numerosos
y valiosos documentos de la crónica republicana, como lo que por ejemplo
sucedió con el General Presidente Antonio Guzmán Blanco, continuo viajero a
Paris, quien causara un daño irreparable a la historiografía, al atender torpes
consejas de un falso pudor social y político de sus allegados, al ceder en la
destrucción del Tomo Tercero de las Memorias de O’ Leary, referidas a la vida
afectiva de Simón Bolívar, y que contenía además, las cartas confiadas en 1836
al edecán del genio. De situaciones como esta, la Sociedad asume el compromiso
estatutario de investigar, rescatar y divulgar la memoria republicana de
documentos extraviados y de personajes olvidados, quienes definitivamente
contribuyeron al logro más preciado del ser humano: la libertad; como
ejemplo palpable, señalamos al niño héroe de la guerra de
independencia y las heroicas mujeres, quienes representan íconos de
emancipación y a quienes se les debe hacer justicia histórica.
Esta organización civil de
carácter cultural, científica, histórica y educativa, que no persigue fines de
lucro, cuyos recursos económicos son percibidos como medios , para lograr sus
objetivos y que no distribuye ganancias o beneficios de ninguna índole a sus
miembros, es manejada bajo el principio de austeridad, lo cual
destaca nuestra gestión, y gracias a los oportunos aportes del Ministerio de
Defensa, han permitido a esta Sociedad estar presente y vinculada
fuertemente a los medios castrenses y a la sociedad civil venezolana, siempre
vigilantes de los principios y valores que las sustentan; luego, también somos
un núcleo cívico-militar, para el fortalecimiento de nuestra identidad y
soberanía.
Para formalizar su
Organización estructural, los fundadores establecieron que los miembros de la
Junta Directiva de la Sociedad deben ser electos en Asamblea General de
Consocios, para un período de 5 años; actualmente el sistema electivo queda
establecido para períodos de tres años con posibilidades para un segundo
período de otros tres años.
Como en toda
organización conformada heterogéneamente, es factible cometer
errores y faltas, por ello era necesario incluir estatutariamente
el Tribunal de Honor, entidad especial creada para conocer sobre
particulares eventos que requirieran su concurso. Afortunadamente, en los 38
años de esta Sociedad, este Tribunal ha permanecido en la estructura, sin haber
sido requerido para aplicar sanciones. Finalmente, para su mejor
funcionamiento, se aprobó el reglamento correspondiente para constituir las
Comisiones de Trabajo, unidades operativas dependientes de la Junta Directiva
de permanente actualización, destinadas a cumplir las metas y alcances
aprobadas, enmarcadas en el Plan Operativo Anual (POA) para reforzar
estrategias y políticas de actuación en los diferentes campos, derivados de su
misión
La Sociedad
Divulgadora inició sus actividades enero de 1980 en el Museo Histórico
Militar en La Planicie y trasladado hacia su sede actual ubicada en el Complejo
Cultural Simón Bolívar de la Academia Militar de Venezuela en Fuerte
Tiuna, local que requirió gestiones para su adecuación y que hoy presta
atención permanente a sus socios y amigos de la sociedad, donde además se
ofrece el servicio de lectura en la Biblioteca “Juan Germán Roscio”. Desde
aquel momento de diciembre de 1969 al actual diciembre del 2007 han
transcurrido 38 años; en cuyo lapso catorce hombres ocuparon la máxima
jerarquía de la Sociedad, ejerciendo un trabajo Ad-Honorem de carácter
permanente, asumido con dignidad y el enorme compromiso de cumplir los
particulares desafíos establecidos en su misión y alcance.
De sus 14 presidentes, dos
civiles atendieron el reto divulgador: los doctores Aníbal Hill Peña en el año
1970, quien fue el primer presidente electo en Asamblea, lamentablemente
fallecido apenas a un mes de iniciar su gestión, también asumió el máximo cargo
el recordado Tito Gonzáles Valles quien tuvo el honor de complementar el primer
período provisional del año 1970 y luego ser electo para conducir sus destinos
entre 1972 y 74; además de ellos dos, correspondió a 12 oficiales de nuestra
Fuerza Armada contribuir con su esfuerzo creador al crecimiento sostenido de la
Sociedad, entre ellos, el coronel José Joaquín Jiménez Velásquez (+); luego
estaría el distinguido general de brigada José Victoriano Zambrano
1971-72; posteriormente el teniente coronel .Antonio María Arévalo, se
encargó provisionalmente en 1973, (fallecido.)
Sucesivamente estarían: en
1974-75 el coronel José Daniel Vera Custodio, también fallecido; en el
período 1975-77 presidió el general de brigada Víctor José Fernández
Bolívar; en 1980-81 ejerció el cargo en calidad de encargado el general de
brigada Hugo Fuentes, fallecido; continuando el ejercicio activo de
la Sociedad, estaría por dos períodos entre 1981-82 y 1982-84 el general de
brigada Luis Antonio Betancourt Infante; igualmente también por dos
mandatos consecutivos de tres años 1984-87 y 1987-90 estuvo el General de
Brigada Ramón Rovero Zambrano.
Iniciando la última década del
siglo XX, en el período 1990-91, el capitán de navío Bernardo Jurado Toro,
asumió por breve plazo el cargo al renunciar y entregar la presidencia al
dinámico Coronel. Candelario Rodríguez Fernández quien condujo la Sociedad
durante los años 1991-94. Luego le sucedería para el ejercicio 1994-97 el
General de Brigada Héctor Bencomo Barrios, para entregarla a un segundo período
del Coronel Candelario Rodríguez Fernández 1997-2000, quien a su vez hizo
formal entrega al actual presidente de la Sociedad Divulgadora Coronel
Prudencio Méndez, para el primer período del entrante siglo XXI 2000-2003,
y reelecto por la Asamblea General de Consocios el 23 de febrero
del 2003 en el Salón Pichincha del Círculo de la Fuerza
Armada, para la gestión 2003-06, y reelecto para la gestión 2006- 2009.
A los miembros fundadores firmantes del Acta Constitutiva, a los ex presidentes y a las Juntas Directivas que han compartido la noble misión de la Sociedad Divulgadora, queremos expresarles un afectuoso recuerdo y reconocimiento por haber permitido la continuidad y presencia de esta Sociedad en el largo recorrido de cinco lustros, ubicándola en el pedestal que hoy ostenta; a esos hombres y mujeres que por el bien de la patria han contribuido al país permitirle contar con el respaldo de una institución seria, responsable, alejada de la política y querida por todos… a todos les expresamos un justo y merecido reconocimiento. Siempre nos mantendremos firmes en el sueño de ser útiles, más no importantes.
Caracas, 11 de diciembre de 2006
Cnel. (EJNB) Prudencio Méndez
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