GUERRA A MUERTE
En la
histórica ciudad de Trujillo el Libertador invocó todos sus esfuerzos para
poner en marcha la madre de sus campañas; esto fue crear la conciencia
americana. El 15 de junio de 1813, luego de largas reflexiones, llamó a uno de
sus escribanos para dictarle su terrible Decreto de Guerra a Muerte,
expresando las palabras más duras y firmes pronunciadas en su vida: Españoles
y Canarios: contad con la muerte si no obráis activamente en obsequio de la
libertad de América. Americanos: contad con la vida aunque seáis culpables.
Esta parte terminante del decreto, la más dolorosa y discutida, fue la
contestación no sólo de Bolívar, sino de la América Meridional que había
resistido en silencio los más atroces desmanes sufridos por años de
colonialismo español. Así lo expresa el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa:
Fueron objetivos de ese decreto sobre cuya significación y efectos tan
divididos y contrapuestas opiniones se han expresado, separar los campos para
iluminar, clara en el horizonte, la imagen naciente de una patria que, madre al
fin, ofrece protección a todos sus hijos, cuales quiera que sean sus extravíos
y perseguir y castigar no sólo al enemigo manifiesto, sino al potencial. La
proclama se proponía, además, poner diques a la ferocidad realista, sorda a los
pedidos de la clemencia, ciega ante el horror de la sangre inocente derramada.
Sin embargo, pudo errar el maestro. Acaso para enseñar su ciencia aplicó el
viejo método según el cual la “letra
con sangre entra”, pero no podrá atribuírsele propósito de dañar al discípulo
que aprende. Bolívar, gran educador de pueblos, dictó ese decreto, “no por crueldad y dureza de corazón,
dirá Restrepo, sino por sistema formado después de profundas meditaciones sobre
el carácter de sus compatriotas y los hechos de los españoles que habían pasado
ya o que estaban sucediendo en Venezuela a su mismo alrededor (Prieto,
1968, p. 31).
Necesaria
era la formación de la conciencia americana, pues de alguna manera se debía
romper con el cordón umbilical mantenido con España. El propio decreto sirvió
además de base doctrinaria entre los oficiales, soldados y pueblo patriota,
quienes demostraron más que nunca su lealtad, disciplina, organización y un
derroche inigualable de valentía.
Referencia:
Prieto Figueroa, Luis B. El Magisterio Americano de Bolívar. Caracas:
Arte, 1968.
A continuación el Decreto de Guerra a Muerte tomado enteramente del Catálogo
Digital del Archivo del Libertador Simón Bolívar disponible en http://www.archivodellibertador.gob.ve
DOCUMENTO 220. DECRETO DE GUERRA A MUERTE, DADO EN
TRUJILLO EL 15 DE JUNIO DE 1813.*
SIMÓN BOLÍVAR,
Brigadier de la Unión, General en
Jefe del Ejército del Norte libertador de Venezuela.
A sus conciudadanos.
Venezolanos:
Un ejército de hermanos, enviado
por el Soberano Congreso de la Nueva Granada, ha venido a libertaros, y ya lo
tenéis en medio de vosotros, después de haber expulsado a los opresores de las
Provincias de Mérida y Trujillo.
Nosotros somos enviados a
destruir a los españoles, a proteger a los americanos y a restablecer los
Gobiernos Republicanos [1] que formaban la Confederación de
Venezuela. Los Estados que cubren nuestras armas están regidos nuevamente por
sus antiguas Constituciones y Magistrados, gozando plenamente [2] de su libertad e independencia; porque
nuestra misión sólo se dirige a romper las cadenas de la servidumbre que
agobian todavía a algunos de nuestros pueblos, sin pretender dar leyes ni
ejercer actos de dominio, a que el derecho de la guerra podría autorizarnos.
Tocados de vuestros infortunios,
no hemos podido ver con indiferencia las aflicciones que os hacían [3] experimentar los bárbaros españoles,
que os han aniquilado con la rapiña y os han destruido con la muerte; que han
violado los derechos sagrados de las gentes; que han infringido las
capitulaciones y los tratados más solemnes; y en fin han cometido todos los
crímenes, reduciendo la República de Venezuela a la más espantosa desolación.
Así, pues, la justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga a tomarla.
Que desaparezcan para siempre del suelo colombiano los monstruos que lo
infestan y han cubierto de sangre; que su escarmiento sea igual a la enormidad
de su perfidia, para lavar de [4] este modo la mancha de nuestra ignominia
y mostrar a las naciones del Universo que no se ofende impunemente a los hijos
de la América.
A pesar de nuestros justos
resentimientos contra los inicuos españoles, nuestro magnánimo corazón se
digna, aún, abrirles por la última vez una vía a la conciliación y a la
amistad; todavía se les invita a vivir entre nosotros pacíficamente [5] si detestando sus crímenes y
convirtiéndose de buena fe, cooperan con nosotros a la destrucción del Gobierno
intruso de la España y al restablecimiento de la República de Venezuela. Todo
español que no conspire contra la tiranía en favor de la justa causa por los
medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo y [6]
castigado como traidor a la patria, y por [7] consecuencia será irremisiblemente
pasado por las armas. Por el contrario, se concede un indulto general y
absoluto a los que pasen a nuestro ejército con sus armas o sin ellas; a los
que presten sus auxilios a los buenos ciudadanos que se están esforzando por
sacudir el yugo de la tiranía.
Se conservarán en sus empleos y
destinos [8]
a los oficiales de guerra y magistrados civiles que proclamen el Gobierno de
Venezuela y se unan a nosotros; en una palabra, los españoles que hagan
señalados servicios al Estado serán reputados y tratados [9] como americanos.
Y vosotros, Americanos, que el
error o la perfidia os ha extraviado de la senda de la justicia, sabed que
vuestros hermanos os perdonan y lamentan sinceramente vuestros descarríos, en
la íntima persuasión de que vosotros no podéis ser culpables y que sólo la
ceguedad e ignorancia en que os han tenido hasta el presente los autores de
vuestros crímenes, han podido induciros a ellos. No temáis la espada que viene
a vengaros y a cortar los lazos ignominiosos con que os ligan a su suerte
vuestros verdugos. Contad con una inmunidad absoluta en vuestro honor, vida y
propiedades; el solo título de Americanos será vuestra garantía y salvaguardia.
Nuestras armas han venido a protegeros, y no se emplearán jamás contra uno
solo de nuestros hermanos. [10]
Esta amnistía se extiende hasta a
los mismos traidores que más recientemente hayan cometido actos de felonía; y
será tan religiosamente cumplida que ninguna razón, causa o pretexto será
suficiente [11] para obligarnos a quebrantar nuestra
oferta, por grandes y extraordinarios que sean los motivos que nos deis para
excitar nuestra animadversión.
Españoles y Canarios, contad con
la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la
libertad de la América [12] Americanos, contad con la vida, aun
cuando seáis culpables.
Cuartel General de Trujillo, 15
de junio de 1813. – 3°.
SIMÓN BOLÍVAR.
Es copia. [13]
BRICEÑO MÉNDEZ [14].
Secretario.
*En el Archivo del Libertador,
tomo 21, fols. 177-178, se conserva una copia de época coetánea, autenticada de
puño y letra por Pedro Briceño Méndez como Secretario. El cuerpo del documento
está enteramente escrito de mano del escribiente Jacinto Martel. Se ha
cotejado además este importante documento con el texto de la hoja impresa en
Caracas por Juan Baillío, publicada sin duda el mismo año de 1813 y
presumiblemente muy poco después de la llegada de Bolívar a la capital el 6 de
agosto de 1813. Se conserva un ejemplar (43x32 cms.) en el mismo Archivo del
Libertador, correspondencia oficial, fol. 2. Consignamos en las
correspondientes notas las diferencias de redacción. Aun cuando la forma de
este trascendental documento se acerca más a la de una proclama que a la de un
decreto propiamente dicho, le hemos conservado el título de "Decreto de
Guerra a Muerte", con que le conoce la historia. En el Archivo Restrepo,
Bogotá, existe una hoja suelta impresa "en la Imprenta de Congreso de la
Nueva Granada por el C. Joaquín Bernardo Moreno, año de 1813", probablemente
hecha en Tunja, cuyo texto coincide enteramente con la copia manuscrita, salvo
en el encabezamiento que se inicia en el impreso con la palabra
"Proclama", y que dice "a sus ciudadanos" en vez de "a
sus conciudadanos".
Notas:
[1] En el ejemplar
impreso más tarde en Caracas por Juan Baillío, no figura esta última palabra.
[2] La palabra
"plenamente" no figura en el ejemplar impreso.
[3] En el impreso
citado se lee: "hace" en lugar de "hacían".
[4] En el impreso:
"en" por "de".
[5] El impreso dice:
"se les invita a vivir francamente entre nosotros". La palabra
"invita" había sido escrita primeramente "incita" en el
manuscrito y luego se corrigió como aparece.
[6] Falta
"y" en el impreso.
[7] En el impreso:
"en" en lugar de "por".
[8] "y
destinos" falta en el impreso.
[9] Faltan en el
documento citado las palabras "reputados y".
[10] En el impreso
este párrafo presenta notables variaciones, por lo que se reproduce íntegro:
"Y vosotros, Americanos, que el error o la se ducción ha extraviado de
las sendas de la justicia, sabed que vuestros hermanos os perdonan
sinceramente, y lamentan vuestros descarríos, en la íntima persuasión de que
vosotros no podéis ser culpables, y que sólo la ceguedad e ignorancia en qw os
han tenido hasta el presente los autores de vuestras culpas, han podido
induciros a ellas. No temáis la espada que viene a vengaros y a cortar los
lazos ignominiosos con que os ligan a su suerte vuestros verdugos. Tendréis una
inmunidad absoluta en vuestro honor, vida y propiedades: el solo título de
Americanos será vuestra garantía y salva guardia. Nuestras armas han venido a
protegeros y no se emplearán jamás contra uno solo de nuestros hermanos".
[11] En el impreso
dice: "bastará", en lugar de "será suficiente".
[12] En el impreso:
"de Venezuela", en lugar de "de la América".
[13] En el impreso
dice: "Certifico", por "Es copia".
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